lunes, 22 de noviembre de 2010

Capítulo 3: Lo Hará y No lo Hará

Harry Potter roncaba sonoramente. Había estado sentado en la silla cercana a la ventana de su habitación por casi cuatro horas mirando hacia la oscura calle, y finalmente había caído dormido con uno de los lados de su cara presionando contra el frío cristal, las gafas chuecas y la boca medio abierta. El vaho que su respiración había dejado en la ventana relucía a la luz naranja de la farola de la calle, y la luz artificial dejaba su rostro carente de color, de manera que lucía fantasmagórico debajo de su singular y rebelde cabello oscuro.
La habitación estaba desordenada con varias cosas y una buena cantidad de basura. Plumas de lechuza, corazones de manzana y envoltorios de dulces cubrían el suelo, algunos libros de encantamientos se hallaban semi abiertos y enterrados entre las sábanas de su cama, y un desorden de periódicos estaban puestos en un montón a la luz del escritorio. El encabezado de uno de ellos mostraba:
HARRY POTTER: ¿EL ELEGIDO?
Los rumores continúan volando acerca del misterioso y reciente disturbio ocurrido en el Ministerio de Magia, durante el cual El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado fue visto una vez más.
¾No estamos autorizados a hablar de esto, no me pregunten nada ¾ dijo un agitado Auror, quien se negó a dar su nombre y dejo el Ministerio la noche pasada.
Sin embargo, fuentes confiables dentro del Ministerio han confirmado que los sucesos se centraron en la Sala de Profecías.
Aunque los voceros del Ministerio hasta ahora se niegan a confirmar la existencia de dicho lugar, un gran número de la comunidad Mágica cree que los Mortífagos, quienes cumplían sus sentencias en Azkaban por ataques e intentos de saqueo, trataron de robar una profecía. La naturaleza de dicha profecía es desconocida, aunque las especulaciones dicen que concierne a Harry Potter, la única persona conocida que ha sobrevivido al Hechizo Mortal, y quien se asegura estuvo en el Ministerio la noche en cuestión. Algunos han ido más lejos como para llamar a Potter ‘El elegido’, creyendo que la profecía lo nombra como el único capaz de enfrentar a El-Que–No-Debe-Ser-Nombrado.
El contenido actual de la profecía, si existe, es desconocido, aunque... (Continúa página 2, columna 5).
Un segundo periódico se encontraba junto al primero. Éste llevaba el encabezado:
SCRIMGEOUR REEMPLAZA A FUDGE
La mayor parte de la página principal estaba ocupada por una enorme fotografía de un hombre con una melena de león, de cabellos delgados y un fiero rostro. La figura se movía… el hombre saludaba hacia el techo.
Rufus Scrimgeour, el Jefe previo de la oficina de Aurores en el Departamento de Refuerzo de la Ley Mágica, ha reemplazado a Cornelius Fudge como Ministro de Magia. El encuentro ha sido aceptado con entusiasmo por la Comunidad Mágica, a pesar de los rumores de un intercambio entre el nuevo Ministro y Albus Dumbledore, nuevamente fue reinstalado el Jefe Warlock del Wizengamot después de algunas horas de que Scrimgeour tomara posesión.
Los representantes de Scrimgeour han admitido que este tuvo un encuentro con Dumbledore luego de tomar posesión del alto cargo, pero se negaron a comentar el asunto de dicha reunión. Albus Dumbledore es conocido por... (Continúa página 3, columna 2).
A la izquierda de este periódico se encontraba otro, el cual se hallaba doblado de tal manera que mostraba una historia referente a que el Ministro garantizaba la protección a los estudiantes.
El recién elegido Ministro de Magia Rufus Scrimgeour, habló hoy de las nuevas medidas tomadas por el Ministerio para asegurar el bienestar de los estudiantes que regresarán al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería este otoño.
¾Por obvias razones, el Ministerio no entrará en detalles acerca de sus nuevos planes de seguridad ¾ dijo el Ministro, aunque una fuente confirmó que esas medidas incluyen encantamientos y hechizos defensivos, un complejo arreglo de maldiciones y un grupo reducido de Aurores dedicados única y exclusivamente a la protección del Colegio Hogwarts.
Se ha asegurado, por el nuevo Ministro, la protección de los estudiantes. Dice la Señora Augusta Longbottom. ¾ Mi nieto Neville, que incidentalmente, es un buen amigo de Harry Potter, que luchó junto a él contra los Mortífagos en el Ministerio en Junio y...
Pero el resto de esta historia se hallaba obstruida por la sombra de la gran jaula que se encontraba por encima del periódico. Dentro de ésta se encontraba una magnífica lechuza blanca. Sus ojos ambarinos recorrían la habitación imperiosos, su cabeza girando ocasionalmente para mirar a su roncador dueño. Una o dos veces hacía sonar su pico impacientemente, pero Harry se encontraba profundamente dormido como para poder escucharla.
Un gran baúl se encontraba justo a la mitad de la habitación. Su tapa estaba abierta; aún estaba casi vacío excepto por algunas prendas de ropa interior vieja, dulces, botellas de tinta vacías, y plumas rotas que cubrían el fondo. Cerca, en el piso se encontraba un folleto púrpura grabado con las palabras:
PUBLICACIÓN REALIZADA POREl ministerio de MagiaPROTEGIENDO TU CASA Y TU FAMILIA CONTRA LAS FUERZAS OSCURAS.
La Comunidad Mágica actualmente está bajo la amenaza de una organización que se autonombra Los Mortífagos. El seguir los siguientes puntos de seguridad lo protegerán a usted, su familia y su casa de un ataque.
1. Se le recomienda no salir de su casa solo.
2. Debe tener cuidado especial durante las horas nocturnas. De ser posible, termine sus actividades antes de la puesta del sol.
3. Revise las medidas de seguridad en su casa, asegurándose que todos los miembros de su familia están dentro de alguna medida de protección como el Escudo y Encantamientos Desilusionadores, y en caso de familiares menores de edad, Apariciones en Conjunto.
4. Póngase de acuerdo sobre preguntas de seguridad con familiares cercanos y amigos para detectar algún Mortífago encubierto por medio de una Poción Multijugos. (ver página 2).
5. Si sospecha que un miembro de su familia, colega, amigo o vecino actúa de manera extraña, contacte a la Patrulla de Refuerzo de la Ley Mágica de inmediato. Quizás estén bajo el hechizo Imperius (ver página 4).
6. Si la Marca Oscura aparece sobre cualquier lugar o edificio. NO ENTRE, pero contacte a la Oficina de Aurores inmediatamente.
7. Testigos no confirmados sugieren que los Mortífagos podrían estar usando Inferi (ver página 10). Cualquier sospecha de un Inferius, o encontrarse con ellos, deben ser reportados al Ministerio INMEDIATAMENTE.
Harry se quejó en su sueño y su rostro resbaló unos milímetros haciendo que sus gafas se enchuecaran aún más, pero no despertó. Un reloj alarma, reparado por Harry varios años atrás, dejaba escuchar el segundero, mostrando un minuto para las once. Cerca de él, sostenido por la relajada mano de Harry estaba un trozo de pergamino cubierto por una escritura delgada y elegante. Harry había leído esta carta tantas veces desde su llegada tres días atrás que aunque había sido entregada en un rollo perfectamente doblado, ahora estaba completamente lisa.
Querido Harry:
Si te parece conveniente, llegaré al número cuatro de Privet Drive este viernes a las once p.m. para escoltarte a la Madriguera, donde has sido invitado a pasar lo que resta de tus vacaciones escolares.
Si estás de acuerdo, estaría encantado de tu asistencia a un encuentro que espero atender camino a la madriguera. Explicaré esto ampliamente cuando te vea.
Hazme el favor de enviarme tu respuesta con esta lechuza. Esperando verte este viernes,
Atentamente,
Albus Dumbledore
Aunque ya lo sabía de memoria, Harry se había pasado echando miradas furtivas a esta misiva cada pocos minutos desde las siete de la tarde, cuando había tomado asiento en su posición cerca de la ventana, la cual tenía una razonable vista de ambos lados de la calle Privet Drive. Sabía que no tenia sentido releer las palabras de Dumbledore; Harry había enviado su ‘sí’ con la lechuza de entrega como se le había pedido, y todo lo que le restaba era esperar, aún si Dumbledore llegaba o no.
Pero Harry no había empacado. Era demasiado bueno para ser verdad el hecho de ser rescatado de los Dursley después de algunos días en su compañía. No podía quitarse de la mente que algo estaba mal. Su respuesta a la carta de Dumbledore debió extraviarse; Dumbledore debió ser prevenido de contactarlo; la carta quizá ni siquiera proviniera de Dumbledore, sino solo fuera un truco, una broma o una trampa. Harry no habría podido soportar el hacer el equipaje y después de ser totalmente engañado tener que desempacar de nuevo. El único gesto que había tenido hacia la posibilidad de un viaje fue encerrar a su lechuza blanca Hedwig, a salvo en su jaula.
La manecilla minutera de su reloj alarma alcanzó el numero doce y en ese preciso momento, la lámpara de la calle se apagó.
Harry despertó como si la repentina oscuridad fuese una alarma. Lentamente se enderezó las gafas y despegó la mejilla del cristal, presionó la nariz contra la ventana recorriendo a lo largo y ancho el pavimento. Una figura alta envuelta en una larga y ondulante capa caminaba por el sendero del jardín.
Harry dio un brinco como si hubiese recibido un shock eléctrico, se cayó de la silla y comenzó a reunir cualquier cosa que pudiese alcanzar del piso al tiempo que lo lanzaba hacia el baúl. Así fue como algunas ropas, dos libros de encantamientos y un paquete de plumas cruzaron la habitación, en ese momento sonó el timbre. Abajo en la sala su tío Vernon gritó ¾¿Quién diablos llama a esta hora de la noche?
Harry se quedó helado con un telescopio sostenido en su mano y un par de zapatillas deportivas en la otra. Había olvidado por completo avisarle a los Dursley que Dumbledore estaba por llegar. Sintiendo al mismo tiempo pánico y unas ganas tremendas de reír, saltó sobre el baúl y alcanzó a abrir la puerta de su habitación a tiempo para escuchar una voz profunda decir ¾Buenas noches. Usted debe ser el Señor Dursley. ¿Puedo preguntar si Harry le ha dicho que vendría a recogerlo?
Harry bajo las escaleras a toda velocidad, dos escalones a la vez, llegando abruptamente al final, la experiencia le había enseñado a quedar al menos a un brazo de distancia del alcance de su tío si era posible. En la entrada se encontraba un hombre alto, delgado, con una barba larga color plata y calvo. Sus lentillas de media luna estaban sostenidas en su larga nariz y llevaba puesto una capa de viaje negra así como un sombrero puntiagudo. Vernon Dursley, cuyo bigote era tan extravagante como el abrigo de Dumbledore, y quien vestía una bata púrpura, permanecía mirando al visitante como si no pudiese creer lo que veían sus pequeños ojos.
¾A juzgar por su marcada apariencia de incredulidad, supongo que Harry no le avisó de mi llegada ¾ dijo Dumbledore tranquilamente. ¾ Sin embargo, asumamos que usted me ha invitado amablemente a entrar en su casa. No es correcto permanecer mucho tiempo en la entrada en estos tiempos difíciles. Dumbledore caminó decididamente atravesando el umbral y cerró la puerta tras de sí.
¾Ha pasado mucho tiempo desde mi última visita ¾ dijo Dumbledore, dirigiendo su desviada nariz hacia el Tío Vernon, ¾Debo decirle que su agapanthus está floreciendo.
Vernon Dursley no dijo nada en absoluto. Harry no dudaba que su tío recuperaría el habla pronto, la pulsante vena en la sien de su tío estaba alcanzando un punto peligroso, pero algo acerca de Dumbledore parecía haberle robado temporalmente la respiración. Quizá se debía al inconfundible aspecto mágico de su apariencia, pero también podía ser que incluso el Tío Vernon podía percibir que estaba frente un hombre a quien seria muy difícil insultar.
¾Ah, Buenas noches Harry ¾ dijo Dumbledore, mirándolo a través de sus lentes de media luna con una expresión de satisfacción. ¾Excelente, excelente.
Esas palabras parecieron surtir efecto en Tío Vernon. Estaba claro que por lo que a él respectaba, ningún hombre que pudiera mirar a Harry y dijese ‘excelente’ pudiese ser un hombre al cual jamás vería a la cara.
¾No quise ser descortés... ¾comenzó, en un tono que descartaba cualquier hostilidad en cada sílaba.
¾… pero tristemente la hostilidad accidental ocurre frecuentemente en nuestros días ¾ Dumbledore terminó la frase gravemente. ¾ Es mejor no decir nada al respecto, estimado hombre. Ah, ella debe ser Petunia.
La puerta de la cocina se había abierto, y allí se encontraba la tía de Harry, usando unos guantes de plástico y un mandil sobre su vestido de noche, claramente a mitad de su usual limpieza de todos los utensilios de cocina antes de ir a dormir. Su cara equina y alargada no mostraba sino shock.
¾Albus Dumbledore ¾ dijo Dumbledore, cuando Tío Vernon falló en efectuar una presentación. ¾Hemos mantenido correspondencia, por supuesto ¾. Harry pensó que era una manera curiosa de recordarle a Tía Petunia que una vez le envió un vociferador, pero Tía Petunia no parecía haber comprendido. ¾Y este debe ser su hijo, ¿Dudley?
En esos momentos Dudley cruzaba por la puerta de la sala. Su larga y rubia cabeza saliendo del cuello de su pijama lucía extremadamente innatural, su boca abierta en estupor. Dumbledore espero uno o dos segundos, aparentemente para ver si alguno de los Dursley decía algo, pero mientras esperaba, una sonrisa se formó en su boca.
¾¿Debemos asumir que me invitan a pasar a sentarme en su sala?
Dudley salto fuera del camino mientras Dumbledore pasaba a su lado. Harry quien aún sostenía el telescopio y las zapatillas deportivas, salto los últimos dos escalones y siguió a Dumbledore, quien se había acercado al sofá cerca del fuego y miraba los alrededores con una expresión de incipiente interés. Lucía extraordinariamente fuera de lugar.
¾¿No… no nos vamos Señor? ¾ preguntó Harry ansiosamente.
¾ Sí, claro, pero hay algunas cosas que debemos discutir primero¾dijo Dumbledore. ¾Y preferiría no hacerlo afuera. Abusaremos un poco más de la hospitalidad de tus tíos.
¾Oh ¿en verdad?...
¾Si ¾dijo Dumbledore simplemente.
Uso la varita tan velozmente que Harry apenas pudo verlo, con un rápido movimiento casual. El sofá zumbó hacia adelanto y golpeó las rodillas de los tres Dursley de tal manera que colapsaron en una pila encima del mueble. Otro movimiento de varita y el sofá regreso a su posición original.
-Debemos ponernos cómodos ¾dijo Dumbledore con total calma.
Mientras guardaba su varita en el bolsillo, Harry vio como su mano estaba ennegrecida y lastimada, parecía como si la carne hubiese sido quemada.
¾Señor... ¿qué le paso a su...?.
¾Después Harry, ¾ dijo Dumbledore, ¾Siéntate por favor.
Harry tomó asiento en la silla que estaba vacía, prefiriendo no mirar a los Dursley quienes parecían sumidos en silencio.
¾Hubiera asumido que me ofrecerían algún refresco ¾le dijo Dumbledore a Tío Vernon, ¾ Pero la evidencia hasta ahora sugiere que ese hecho sería optimista hasta el punto de lo hilarante.
Un tercer movimiento de varita y una empolvada botella así como cinco vasos aparecieron flotando en el aire. La botella se destapó y comenzó a verter una cantidad generosa de líquido color miel en cada uno de los vasos, los cuales salieron flotando en dirección de cada una de las personas presentes en la habitación.
¾La mejor hidromiel añejada en barricas de roble de Madame Rosmerta ¾dijo Dumbledore, levantando su vaso hacia Harry, quien a su vez tomó el suyo y se lo empinó. Jamás había probado algo semejante, pero lo disfrutó inmensamente. Los Dursley después de una rápida y asustada mirada unos a otros, trataron de ignorar sus vasos completamente, algo difícil de hacer ya que éstos daban pequeños golpecitos al lado de sus cabezas. Harry no pudo reprimir el sospechar que Dumbledore se estaba divirtiendo.
¾Y bien Harry ¾ dijo Dumbledore, volviéndose por completo hacia él -Tenemos un problema que esperamos tu puedas resolver por nosotros. Por nosotros me refiero a La Orden del Fénix. Pero antes que nada debo decirte que el testamento de Sirius fue descubierto hace una semana y te ha heredado todo lo que poseía.
Sobre el sofá, la cabeza de Tío Vernon giró, pero Harry no lo miró ni pudo pensar en nada que decir excepto, ¾Oh, bien.
¾De forma general y yendo al grano ¾ continuo Dumbledore. ¾Añadirán una considerable cantidad de oro a tu cuenta en Gringotts, y además heredaste todos los objetos personales de Sirius. En cuanto a la problemática legal...
¾¿Su padrino murió? ¾ dijo Tío Vernon a voz de cuello desde el sofá. Dumbledore y Harry voltearon a verle. El vaso de licor ahora golpeaba insistentemente a un lado de la cabeza de Vernon, mientras él intentaba quitárselo de encima, ¾¿Está muerto? ¿Su Padrino?
¾Sí ¾dijo Dumbledore. No le preguntó a Harry el porqué no les había confiado eso a los Dursley. ¾Nuestro problema ¾continuó diciéndole a Harry como si no hubieran interrumpido, ¾es que Sirius también te ha dejado Número Doce de Grimmauld Place.
¾¿Le han dejado una casa?¾ dijo el Tío Vernon sonoramente, sus pequeños ojos entrecerrados pero nadie le contestó.
¾Pueden seguir utilizándola como Cuartel General ¾dijo Harry, ¾No me importa. Pueden conservarla, yo realmente no la quiero. ¾Harry jamás querría poner un pie en Número 12 de Grimmauld Place de nuevo si podía evitarlo. Pensaba que estaría inundada por siempre por la memoria de Sirius vagando en sus húmedas y oscuras habitaciones, solo, aprisionado dentro de aquel lugar que tan desesperadamente deseaba dejar.
¾Eso es generoso ¾ dijo Dumbledore. ¾Hemos sin embargo, abandonado el edificio temporalmente.
¾¿Por qué?
-Bueno -dijo Dumbledore, ignorando los balbuceos de Tío Vernon, quien estaba en esos momentos siendo atacado en la cabeza por los persistentes vasos de licor. ¾La tradición de la familia Black decreta que la casa tiene que seguir una línea directa al siguiente heredero con el apellido ‘Black’. Sirius era el último de esta línea ya que su hermano menor Regulus falleció antes que él, y ninguno tuvo hijos. Mientras que su testamento plantea perfectamente claro que él quería que tú tuvieras la casa, aún cabe la posibilidad de que exista algún hechizo o encantamiento que se haya puesto en el lugar para asegurarse que no pueda pertenecer a nadie que no sea de sangre pura.
Una imagen vívida del escandaloso y horrible cuadro de la madre de Sirius que colgaba del recibidor de Número Doce de Grimmauld Place apareció en la mente de Harry. ¾Apuesto a que lo hay ¾dijo.
¾Exactamente ¾ respondió Dumbledore. ¾ si tal encantamiento existe, entonces lo más seguro es que el dueño de la casa se trate de alguno de los familiares vivos más cercanos, lo que resulta en su prima, Bellatrix Lestrange.
Sin darse cuenta de lo que hacía, Harry se puso de pie intempestivamente; el telescopio y las zapatillas deportivas que estaban sobre su regazo rodaron hasta el piso. Bellatrix Lestrange, la asesina de Sirius, ¿heredaría su casa?.
¾No ¾ exclamó.
¾Bueno, obviamente también nosotros preferiríamos que eso no sucediera ¾dijo Dumbledore tranquilamente. ¾La situación está llena de complicaciones. No sabemos si los encantamientos que nosotros mismos pusimos sobre la construcción, por ejemplo, haciéndola Indetectable, funcionarán ahora que los bienes han dejado de ser de Sirius. Podría suceder que Bellatrix pusiera un pie en la entrada en cualquier momento. Naturalmente tuvimos que dejar la casa hasta que clarifiquemos nuestra posición.
¾Pero, ¿como sabrá si yo puedo quedarme con ella?
¾Afortunadamente ¾ dijo Dumbledore, ¾ Hay una forma muy simple.
Colocó su vaso vació sobre una mesilla que tenia al lado de su asiento, pero antes de que pudiera hacer algo mas, Tío Vernon gritó, ¾¿Va a quitarnos estas cosas voladoras de encima?
Harry miro hacia ellos, los tres Dursley se cubrían las cabezas con ambas manos mientras los vasos bailaban incontrolables cerca de sus cráneos, su contenido saliendo disparado hacia todos lados.
¾Oh, lo siento ¾ dijo Dumbledore cortésmente, y levanto su varita de nuevo. Los tres vasos se desvanecieron. ¾Pero beberlo hubiera sido más cortés de su parte, ya saben.
Parecía como si Tío Vernon estuviera a punto de reventar con un número incalculable de palabrotas, pero simplemente se hundió en el sillón junto con Tía Petunia y Dudley quienes no decían nada, y este último mantenía sus ojos de cerdito puestos en la varita de Dumbledore.
¾Verás ¾ le dijo Dumbledore a Harry y de nuevo hablaba como si Tío Vernon no hubiera abierto la boca. ¾Si en verdad has heredado la casa, también has heredado...
Movió la varita por quinta ocasión. Hubo un sonido fuerte, como un tronido y un elfo domestico apareció, con una nariz puntiaguda, gigantes orejas de murciélago y unos ojos enormes inyectados de sangre, se retorcía en la alfombra de los Dursley y la cubría con enormes y desagradables rasguños. Tía Petunia dejo escapar un sollozo, nada tan sucio había entrado a su casa desde que tenía memoria. Dudley levantó sus enormes y descalzos pies rosados del suelo y los puso casi a la altura de su cabeza, como si pensara que la criatura subiría por sus pantalones; Tío Vernon rugió, ¾¿Qué demonios es eso?
¾Kreacher ¾terminó Dumbledore.
¾¡Kreacher no lo hará, Kreacher no lo hará, Kreacher no lo hará! ¾croaba el elfo domestico, quizá tan fuerte como Tío Vernon, azotando sus feos y aplanados pies y jalando sus orejas. ¾ Kreacher pertenece a la Señorita Bellatrix, oh si, Kreacher pertenece a los Black, Kreacher quiere a su nueva ama, Kreacher no irá con el chiquillo Potter, Kreacher no lo hará, no lo hará, no lo hará...
¾Como puedes ver Harry ¾ dijo en voz alta Dumbledore cubriendo los gritos ahogados de Kreacher, “no lo hará, no lo hará, no lo hará” -Kreacher muestra una cierta resistencia a pasar bajo tu mando.
¾No me importa ¾ dijo Harry de nuevo, mirando con enfado a ese quejoso y escandaloso elfo domestico. ¾No lo quiero.
¾No lo hará, no lo hará, no lo hará
¾¿Entonces prefieres que quede bajo la responsabilidad de Bellatrix Lestrange?, ¿teniendo en mente que ha vivido bajo el Cuartel General de la Orden del Fénix por casi un año?
¾No lo hará, no lo hará, no lo hará.
Harry miró a Dumbledore. Sabía que no podía permitir a Kreacher irse y vivir con Bellatrix Lestrange, pero la idea de conservarlo, o tener alguna responsabilidad por la criatura que había traicionado a Sirius, era repugnante.
¾Dale una orden ¾le dijo Dumbledore. ¾Si te pertenece, tendrá que obedecer. Si no, tendremos que comenzar a pensar en alguna otra manera de mantenerlo alejado de su dueña por derecho.
¾No lo hará, no lo hará, ¡NO LO HARA!
La voz de Kreacher se había alzado hasta un grito. Harry no podía pensar en que decir, excepto ¾¡Cállate Kreacher!
Por un momento pareció como si Kreacher fuera a quedar en shock. Se agarró la garganta, la boca aún moviéndose furiosamente, sus ojos saltándose. Después de algunos segundos de franca lucha se tiro de cara al piso sobre la alfombra (Tía Petunia gimoteó) y golpeó el piso con manos y pies, dedicándose a una violenta pero silenciosa pataleta.
¾Bueno, eso simplifica las cosas ¾dijo Dumbledore jovialmente. ¾Parece ser que Sirius sabía lo que hacía. Eres el nuevo dueño de Número Doce de Grimmauld Place y de Kreacher.
¾Y tengo... ¿tengo que quedarme con él? ¾pregunto Harry lleno de horror mientras Kreacher se ponía en pie.
¾No, si no quieres ¾dijo Dumbledore. ¾Si me dejas sugerirte algo, puedes enviarlo a Hogwarts a trabajar en la cocina. De ese modo, los demás elfos domésticos pueden mantenerlo vigilado.
¾Si ¾ dijo Harry con alivio, ¾Si, haré eso. Eeh... Kreacher... quiero que te vayas a Hogwarts y trabajes en la cocina con los demás elfos domésticos.
Kreacher quien ahora estaba despatarrado sobre su espalda con las manos y las piernas al aire le dedicó a Harry una mirada de de arriba abajo cargada de profundo odio y con otro sonido seco, se desvaneció.
¾Bien, ¾dijo Dumbledore. ¾También está lo referente al hipógrifo, Buckbeak. Hagrid ha intentado quedarse con él desde que Sirius murió, pero Buckbeak es tuyo ahora, así que si tú prefieres que las cosas sean de otra manera...
¾No ¾ dijo Harry inmediatamente, ¾puede quedarse con Hagrid, creo que Buckbeak preferiría eso.
¾Hagrid quedará encantado, ¾dijo sonriente Dumbledore. ¾Estaba impaciente por ver a Buckbeak de nuevo. Incidentalmente hemos decidido, por la seguridad de Buckbeak, renombrarlo como ‘Witherwings’ desde ahora, aunque dudo mucho que el Ministerio siquiera adivine que se trata del hipógrifo que una vez condeno a muerte. Ahora , Harry, ¿ya empacaste?
¾ Eeh…
¾¿Dudaste que vendría?¾sugirió Dumbledore sagazmente.
¾Yo solo iré y ... eeh... terminaré de empacar ¾ dijo Harry rápidamente, apresurándose a recoger su telescopio y las zapatillas deportivas.
Le tomó poco más de diez minutos empacar todo lo que necesitaba; al menos se las había arreglado para sacar de debajo de la cama su capa invisible, poner la tapa a su botella de tintas de colores y forzar la tapa de su baúl a cerrarse con todo y caldero. Entonces teniendo su baúl en una mano y sosteniendo la jaula de Hedwig en la otra, tomó el camino escaleras abajo.
Se desilusionó al descubrir que Dumbledore no lo esperaba en el recibidor, lo que significaba que tendría que regresar a la sala.
Nadie hablaba. Dumbledore tarareaba quédamente, aparentemente como siempre, pero la atmósfera estaba mas ligera que salsa fría, y Harry no se atrevió a mirar a los Dursley mientras decía ¾Profesor... ya estoy listo.
¾Bien ¾ respondió Dumbledore. ¾Sólo una última cosa ¾y se dirigió a los Dursley una vez más.
¾Como seguramente creo que no están enterados, Harry será mayor de edad el año que viene...
¾No ¾ dijo tía Petunia, hablando por primera vez desde la llegada de Dumbledore.
¾¿Disculpe? ¾dijo Dumbledore amablemente.
¾Que no lo será. Él es un mes más joven que mi Dudley, y Dudders no cumple los dieciocho sino hasta dentro de dos años.
¾Ah ¾dijo Dumbledore complacido, ¾Pero en el Mundo Mágico, nosotros alcanzamos la mayoría de edad a los diecisiete.
Tío Vernon musitó, ¾¡Absurdo! ¾ pero Dumbledore lo ignoró.
¾Ahora, como ustedes ya saben, el hechicero conocido como Lord Voldemort regresó al país. La comunidad Mágica está en estado de guerra. Harry, a quien Lord Voldemort ha intentado asesinar en numerosas ocasiones, está en un mayor peligro ahora que el día en que lo dejé a las puertas de su casa hace quince años, junto con una carta explicando lo sucedido con respecto al asesinato de sus padres y expresando la esperanza de que pudiesen cuidarlo como si fuera su propio hijo.
Dumbledore hizo una pausa, y aunque su voz parecía tranquila y suave, y no daba signo alguno de enojo, Harry sintió como si un escalofrío emanara de él al tiempo que notaba cómo los Dursley lucían muy pequeños todos juntos.
¾No hicieron lo que les pedí. Nunca trataron a Harry como hijo suyo. No ha conocido sino rechazo y recurrente crueldad en sus manos. Lo mejor que pudo pasarle fue que al menos escapó del inmenso daño que le han inflingido al desafortunado muchacho que está sentado entre ustedes.
Tía Petunia y Tío Vernon miraron instintivamente hacia dicho lugar, esperando ver a alguien más que no fuera Dudley sentado entre ellos.
¾¿Nosotros... maltratar a Dudders?, ¿Qué es lo que...? ¾comenzó a espetar Tío Vernon furiosamente, pero Dumbledore levanto su dedo índice ordenando silencio, un silencio que se sintió como si hubiesen dejado mudo a tío Vernon.
¾La magia que invoqué hace quince años daba a Harry una protección poderosa mientras él aún pudiera llamar a esta casa ‘hogar’. Sin importar lo miserable que fuera aquí, lo despreciado que se sintiese o maltratado, al menos y contra toda su voluntad le permitieron una habitación. Esta magia dejará de tener efecto en el momento en que Harry cumpla los diecisiete años; en otras palabras, en el momento en que se convierta en un hombre. Sólo les pido una cosa: que le permitan regresar una vez más a esta casa, antes de su cumpleaños número diecisiete, lo cual asegurará que dicha protección tendrá efecto hasta ese día.
Ninguno de los Dursley habló. Dudley temblaba ligeramente, como si aún tratase de comprender por qué decían que le habían hecho daño. Tío Vernon lucía como si tuviese atorada una gran roca en la garganta; tía Petunia sin embargo, estaba completamente ruborizada.
¾Bien Harry... creo que es tiempo de irnos ¾ dijo Dumbledore por fin, poniéndose en pie y alisando su largo abrigo negro. ¾ Hasta la próxima, ¾ les dijo a los Dursley, quienes parecían desear que ese momento podría esperar para siempre, en lo que a ellos concernía, y después de inclinar su sombrero, salió de la habitación.
¾Adiós ¾ dijo Harry apresuradamente a los Dursley, y siguió a Dumbledore, quien se detuvo junto al baúl de Harry en donde también se encontraba la jaula de Hedwig.
¾No queremos que esto sea un estorbo para nosotros en estos momentos ¾ dijo sacando de nuevo su varita. ¾Creo que enviaré esto a la Madriguera antes que nada. Sin embargo, quiero que lleves contigo tu Capa Invisible... por si acaso.
Harry sacó su capa del baúl con algunos problemillas, tratando de no mostrarle a Dumbledore el desorden que había dentro de éste. Cuando la hubo acomodado dentro del bolsillo de su chaqueta, Dumbledore movió su varita y el baúl, la jaula y Hedwig se desvanecieron. Dumbledore de nuevo movió la varita y la puerta frontal se abrió hacia la fría y brumosa oscuridad.
¾Y ahora Harry, adentrémonos en la noche y prosigamos esta peligrosa e indeseable aventura.

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